Cualquier duda que pudiera haber sobre la peligrosidad de estas ondas ha sido despejada por sucesivos trabajos científicos. No se han detectado efectos biológicos en las personas, a pesar de lo que digan los movimientos antiantenas. Sin embargo, como sucede con tantas fake news, los hechos no parecen hacer mella sobre bulos y prejuicios y, una de las últimas muestras de ello, ha sido la sentencia de un tribunal español que ha reconocido la hipersensibilidad electromagnética como accidente laboral.
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