A día de hoy conocemos algunas de las consecuencias del DieselGate, que ha sido obligada por varios tribunales a compensar económicamente a los conductores afectados. Mucho más difícil es valorar cómo ha afectado este exceso de emisiones de dióxidos de nitrógeno y partículas en suspensión a los ciudadanos que las han padecido, especialmente en comparación con lo que habríamos respirado si Volkswagen no hubiera trampeado sus emisiones. "Por ello, las administraciones públicas deben pedir responsabilidades directas a estas empresas".
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