Desde las imágenes de ciudadanos y autoridades volcados en darles la bienvenida el pasado verano, hemos pasado al cierre de fronteras en una deriva que les "criminaliza y estigmatiza". El último episodio ha sido la decisión de Dinamarca de confiscar sus bienes y dificultar la reagrupación familiar. María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España, califica estas medidas de "afrenta a la dignidad de estas personas". "Se envía además un mensaje dañino y se corre el riesgo de alimentar sentimientos de miedo y de discriminación contra este colectivo
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