El problema, queridos amigos, es que la realidad es muy complicada. Nada se explica como las películas infantiles y casi nunca es una persona la que marca la diferencia si hablamos de sucesos de importancia planetaria. El problema, queridos amigos, es que la realidad es muy complicada. Nada se explica como las películas infantiles y casi nunca es una persona la que marca la diferencia si hablamos de sucesos de importancia planetaria.
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