Las variaciones de humedad, temperaturas o viento, entre otros, han provocado que en Asturias dejen de crecer con frecuencia hasta 70 variedades de setas que sí lo hacían hace apenas 15 años. El presidente de la Sociedad Micológica Asturiana, Herminio Lara, explica que si bien a principios de siglo había unas 280 variedades en el Principado ahora no pasa de las 180. «Antes tenías setas en cualquier sitio y ahora vas al bosque y no hay casi, ni buenas, ni malas, ni regulares».
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¿No era así como había que cachondearse de los negacionistas?