Greenpeace acaba de publicar un informe que revela que el Banco Central Europeo (BCE) ha comprado entre mediados de marzo y mediados de mayo bonos corporativos por valor de casi 30.000 millones de euros. Pues bien, más de 7.600 millones de euros habrían ido a parar, según ese informe, al sector de los combustibles fósiles: 4.400 millones de euros se destinaron a empresas eléctricas, como EON ó Engie, y más de 3.200 millones de euros, a la industria del petróleo y el gas (Shell, Repsol, Total y Eni).
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