En el espeluznante caso de los curas pederastas de Granada, no se entiende que el arzobispo, que conocía los hechos, no se encuentre entre los investigados en el proceso judicial como presunto encubridor. Pero tampoco se entiende que el papa Francisco esté quedando como Dios porque, oh, telefoneó a la víctima --que le escribió antes del verano--, e instó una "investigación interna".
|
etiquetas: arzobispo , papa , granada , abusos , laicismo