Hay tan poca gente que los corzos se dejan ver a las once de la mañana, sin miedo ni prisa al cruzar la carretera que en la siguiente curva perderá el asfalto y se convertirá en una pista de tierra. El último pueblo que hemos dejado atrás, muy próximo a la carretera de Barcelona, está vacío a la espera del verano. Por esta parte de La Alcarria no pasó ni Camilo José Cela en su famoso viaje. Está tan abandonada que no hay ni basura. Los únicos restos que nos encontramos son las latas de conservas que dejaron los soldados franquistas y ...
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