En la sede de Vox de Palencia, llevaban días contestando un aluvión de llamadas. "Si quiere venir al mitin de Santiago Abascal del miércoles, debería llegar pronto. Empieza a las ocho pero las puertas se abren a las siete. Le recomiendo que vaya un rato antes". No era un farol. A las seis y media, una cola de cientos de personas rodeaba ya el edificio. En la fila, la gente hacía cábalas sobre si llegaría a entrar en el Teatro Ortega, con capacidad para 680 personas. "Venimos de Tordesillas, ojalá no nos quedemos fuera".
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