Las revelaciones sobre los abusos sexuales cometidos por el productor Harvey Weinstein y la consiguiente eclosión del movimiento
#MeToo consiguieron poner en primera plana el problema de acoso sexual en el trabajo. Un excelente estudio realizado recientemente en Suecia documenta la magnitud de este fenómeno, muestra que lo sufren también algunos hombres que trabajan en entornos muy feminizados, y cuantifica su efecto sobre la carrera laboral de las víctimas.