El tribunal considera probado que el acusado mintió al asegurar que el paquete se lo había dado un compañero de su equipo de fútbol y que desconocía al remitente. Las cámaras del servicio de mensajería le grabaron en el momento de la entrega del paquete. Aun así, los jueces le absuelven ante la falta de un precinto sobre la caja y ante la posibilidad de que la droga fuera introducida por algún operario antes de la llegada de la Guardia Civil
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