Un refugiado kurdo con pasaporte turco narra sus experiencias tras ser retenido en la Oficina de Inmigración de Tokio, donde se encuentra desde enero de 2018. Vino a Japón por primera vez en 2004; le han denegado el asilo una y otra vez, y en 14 años no ha podido trabajar. La tasa de aceptación de peticiones de asilo en Japón es tan solo de un 0,2%.
|
etiquetas: refugiados , inmigración , derechos humanos , japón , kurdos