Fernando Ferré, que fue dueño de la mayor compañía hotelera de Ibiza, el Grupo Playa Sol, ha admitido hoy un fraude continuado a las haciendas estatal y autonómica y que vulneró los derechos de trabajadores y ha aceptado cumplir una condena de cárcel de 7 años y pagar 22 millones de euros. Ferré traía a Ibiza desde países de Europa del Este a inmigrantes que firmaban contratos en checo, entendieran o no esa lengua, y les hacía trabajar toda la temporada 10 horas diarias durante 7 días a la semana por 3,5 € la hora y los hacinaba en zulos.
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