A los capos de la droga del siglo XXI no se les pilla por narcotráfico, se les pilla por blanqueo. Impensable es ahora la escena de 1991, cuando los GEO asaltaron el chalé de seguridad de Sito Miñanco y su banda en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y se encontraron al capo arousano con un teléfono satélite en la oreja y unas cartas náuticas sobre la mesa. Estaba dirigiendo una descarga. “Ahora sí que me trincasteis”, les dijo a los agentes antes de ser esposado