Esta noche, por lo que a mí respecta,
bien podría saltar
el mundo en mil pedazos.
Por qué no.
Y nosotros con él.
Acabar.
Echarle de una vez
-y para siempre-,
el telón a este teatro,
a esta absurda comedia.
Al menos,
tendría su razón de ser
otra cerveza.
Karmelo C. Iribarren