Su edad era el equivalente a 138 años en un humano, estaba ciego y su dueña, la Sra Arnott, ha decidido sacrificarlo para que no sufra tras empeorar su estado de salud en los últimos días. Lo ha enterrado en el jardín. Asegura que siempre había alimentado a Whiskey con productos bajos en proteínas, lo cual podría estar relacionado con su longevidad.
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