Parece que cuanto más se domina algo, menor es la ilusión por profundizar en ello ¿A quién no le ha pasado? Hay diversos caminos para escapar de esa atonía, como puede ser el aprendizaje de la humildad (para superarse a uno mismo) o, en el lado contrario, el ansia por destacar (para creer superar también a los demás). Sin entrar en valorar cada motivación al logro (intrínseca o extrínseca a la persona), ambas parecen confluir en un regreso al entusiasmo. Dediquemos unas líneas al entusiasmo y la sorpresa como motores del aprendizaje...
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