Aparcar el auto se está poniendo cada vez más complicado: por un lado, los agentes de la ORA acechan con sus recetas a que te pases tres minutos en zona azul y poder así alimentar el insaciable apetito recaudatorio de tu ayuntamiento. Por otro, los dueños de los vados decoran las entradas de sus garajes con mensajes amenazantes, capaces de erizar el vello de la espalda al mismísimo Chuck Norris.
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