Ya es 22 de diciembre. Los niños del colegio de San Ildefonso ponen banda sonora al día de la buena suerte. Todos quieren narrar la mejor historia en primera persona.Y ese frenetismo conlleva una búsqueda ansiosa de triunfadores con particularidades y anécdotas imposibles. Lo malo: no hay tiempo para contrastar la veracidad de los hechos, pues es un día para la emoción instantánea. Así que es un día fácil para colársela a las televisiones con unidades móviles desplazadas por todo el territorio patrio. Jordi Évole lo hizo en 2008.
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