Una mínima porción del turismo se empeña temporada tras temporada en arrastrar nuestra reputación, nuestra imagen, nuestros negocios e incluso nuestra convivencia, por el fango más repugnante. Excesos de alcohol, sexo y drogas que en la sociedad digital se convierten en trending topics, y que convierten a este destino, a los ojos del mundo entero, en el paradigma del turismo más detestable, sucio e insano. Con los últimos escándalos se ha tocado fondo. Es hora de decir muy alto que no queremos a este turismo, que no nos compensa.
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