La furgoneta no deja de ser un vehículo que nunca va a estar tan aislado como una casa. Si con el frío hay momentos críticos, con el calor no va a ser menos. Es más, según nuestra experiencia, controlar las altas temperaturas es bastante más difícil que sobrevivir al frío. En los días más calurosos del verano os podéis olvidar de dormir hasta tarde, porque en cuando el sol empieza a calentar la furgoneta, te comienzas a cocer.
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