1983, Amsterdam. Freddy Heineken, dueño de la compañía al cervezas Heineken y uno de los hombres más ricos de Europa de la época, terminó su jornada de trabajo en sus oficinas del centro de la ciudad, miró su reloj y bajó a la calle ahí como todas las tardes lo esperaba junto a la limusina su chófer. Heineken nunca llegó a entrar en la Iimusina porque aparecieron unos encapuchados,le pusieron una pistola en la cabeza y lo metieron en una furgoneta.
|
etiquetas: lord draugr , heineken