James Hellwig, the Ultimate Warrior, simplemente se desplomó mientras caminaba. Se marchaba así el hombre que en 1990 venció a Hulk Hogan, la leyenda que demostró a la humanidad y la audiencia de Telecinco que todo era posible. Hellwig, paradojas de la vida, cayó derrotado por un ataque al corazón masivo, como el resto de los simples mortales. Tenía 54 años y allí donde esté, combatirá.