Nadie duda hoy en día de que el desayuno es la comida más importante del día, pero no siempre fue así. De hecho, cargar las pilas después de un reconfortante sueño gracias a una abundante taza de café, cereales y tostadas es un invento moderno y no tiene nada que ver con la salud, sino con la publicidad. Antes de las cajas de colorines y la fibra, el desayuno no era tan habitual como ahora y sus ingredientes variaban mucho más según países o costumbres.
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