[Extracto]: El negocio de la promoción de conciertos es, visto desde fuera, apetitoso. Pagas para contratar a una banda, alquilas una sala, pones entradas a la venta y el dinero entra solo. Algo aparentemente fácil que podría hacer cualquiera sin demasiadas nociones de empresariales, de economía o de la vida en general. Del mismo modo que el padre de Torrente hacía bicicletas con clips. Algo sencillo y simple.
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