Una regla básica del viajero educado y respetuoso es cuidar los modales en los lugares que se visitan. En Bruselas por ejemplo, una ordenanza municipal sanciona a los visitantes que gritan y hacen ruido en la calle. En la ciudad estadounidense de Ocean City han ido un paso más allá y han prohibido maldecir a los viandantes. Una palabrota, una expresión indecente, un taco irreprimible… Todo eso nos puede salir caro
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