La televisión en España es una basura porque los políticos y sus asesores han diseñado un sistema que deja las cadenas privadas en manos de dos grandes empresas: Atresmedia (Antena 3, La Sexta, Neox, Nova y Mega) y Mediaset (Telecinco, Cuatro, FDF, Divinity, Energy y Boing). Un duopolio que en 2015 se ha quedado con el 58% de la audiencia y ha recibido el 86% de la inversión publicitaria. Un cártel que acapara el poder televisivo; que maneja a su antojo el mercado; que desprecia la competencia; que se burla de las legislaciones...