Cerritini explica que la página le estuvo persiguiendo insistentemente para que incluyera publicidad del restaurante, llegándole a llamar 20 veces por semana. Finalmente accedió, pagando 210 euros por seis meses. Pero cuando acabó la promoción y decidió dejar de anunciarse en la página, de pronto la mayoría de opiniones se volvieron negativas. Una de las mejores críticas, incluso, desapareció. Pidieron a Yelp que borrase su restaurante de la página, pero nunca recibieron respuesta. Fue entonces cuando pusieron en marcha su plan...