El Gobierno ha confirmado esta mañana que, a partir del próximo verano, todas las piscinas municipales estarán obligadas a contar con un socorrista homeopático para salvar a los bañistas que se hagan el muerto. Cada vez hay más usuarios que deciden flotar en el agua, una costumbre que los homeópatas no ven con buenos ojos. "El agua es sinónimo de vida, de salud", afirma el pseudocientífico Roberto Cardona. "No podemos permitir que la gente asocie agua y muerte teniendo en cuenta que gracias a ella se pueden curar enfermedades como el VIH".
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