En el país de los ratones, gobiernan los gatos negros, elegidos en comicios por los mismos ratones. Sin embargo, los felinos hacen leyes que los favorecen solo a ellos, y por supuesto, perjudican a los ratones. Intentando cambiar la situación, los ratones eligen a los gatos blancos creyendo sus promesas de que los ayudarán. De que todo será distinto. Pero no. Son gatos, y siguen haciendo leyes que los favorecen solo a ellos.
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