Piénsalo bien, desde que terminaste el colegio no has vuelto a tener un verano de esos de dos meses y pico y no lo vas a volver a tener en tu vida. Con un poco de suerte, cuando seas viejo y estés jubilado, podrás disfrutar de esas “vacaciones eternas” a las que todos aspiramos en la vida, ese premio con el que una vida entera de trabajo y esclavismo nos recompensa. Solo entonces podremos disfrutar de la belleza de la vida, eso sí, acompañados de un cuerpo cansado y una mente dilapidada.
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