Un estallido rosáceo enciende el paisaje rural del Bajo Segre gracias a la floración de los melocotoneros, el campo se tiñe de rosa más allá de donde te alcanza la vista. Durante tres semanas el pueblo de Aitona se convierte en la capital de la primavera gracias a la floración simultánea de sus frutales. Vamos a contagiarnos del placer japonés por observar la belleza de las flores o hanami mientras las ramas de los árboles se tiñen de color de rosa.
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