Tal vez esta sea la primera sentencia de la que se tiene constancia: en un papiro egipcio de hace unos 2.800 años se recoge la pena impuesta a un conductor arrestado por circular con su carro bajo los efectos del alcohol. Tras ser acusado de chocar contra una estatua y atropellar a una niña, el juez decidió imponerle la pena de ser colgado en la puerta de taberna donde se había emborrachado a la espera de que animales carroñeros se encargaran de hacer desaparecer su cuerpo. Una medida más contundente que quitarle unos cuantos puntos del carné.
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