El padre (serio, severo) no quería que corriese. Él debe trabajar, es lo que toca. Pero Cescutti insistía. Tiene talento, puede ser un nuevo Anquetil. Al final se salió con la suya. Ayudó al asunto que a Luis lo echaron del trabajo por una cuestión menor. Anécdota sin importancia. Que le tiró un hacha a su capataz. Ya ven, fruslerías. Al parecer el otro se había metido con sus orígenes. «Yo soy más español que Franco», dijo un día Ocaña.
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