Es posible que todos recordéis la famosa escena de la falda de Marilyn Monroe movida por el aire que subía por las rejas de ventilación del metro, pero lo que es seguro es que no olvidáis la escena que, años después, sirvió como homenaje a la tentación rubia y, sobre todo, para catapultar a la fama a Kelly LeBrock en su debut en la gran pantalla, en aquella comedia llamada La mujer de rojo.
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