El tono provocador de la serie no excluye en absoluto la evocación de la violencia, desde el bombardeo de Guernica y los pelotones de ejecución hasta el garrote de la posguerra. Si bien se tratan estos temas con la misma extravagancia, el humor que resulta es más disonante, como en ese anuncio para un helado llamado «Las dos Españas», en el que uno de los sabores, el republicano, contiene tropezones de fusilado.
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