Hay algo subversivo en la crítica gastronómica. O quizá contra ella. Es la necesidad de demostrar que la comida tiene casi tantas experiencias como uno es capaz de imaginar. "te das cuenta de que no te cabe tanto género en el bar (apenas unos metros cuadrados de barra y de propina donde caben con dificultad), así que te abres a más posibilidades para los clientes; si nos traen algo que han comprado, se lo hacemos". Es decir, que con las 24 pescaderías -y, por qué no, un entrecot si apetece. elegimos el producto más fresco posible.
|
etiquetas: cocina , el cabanyal , mercado , almuerzo productos traidos por cliente