El propietario de un restaurante chino de la provincia de Shaanxi (en el norte del país) ha sido detenido por condimentar sus tallarines con opio, para que sus comensales se engancharan al plato y volvieran al establecimiento. El empresario ha confesado a la policía que compró dos kilos de brotes de amapola en agosto (por unos 77 euros) y con ellos elaboró un polvo que añadía a los tallarines.
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