Muchos países tienen su pasatiempo preferido: los estadounidenses el béisbol, los ingleses el fútbol. En Egipto, parece como si el suyo fuese hacer que los líderes mundiales en visita a su país tengan que oir de pie como la banda musical del ejército destroza sus himnos nacionales. La última víctima, este pasado domingo, François Hollande, presidente de Francia. En otoño pasado ya le ocurrió al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
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