Es de sentido común no beberse dos litros de salfumán o comerse un kilo de detergente: en pequeñas dosis, determinados componentes químicos son letales para el cuerpo humano. Lo que es menos sabido es que un atracón de zanahorias (17 kilos), un bocado de patatas podridas (40 miligramos) o una abundante cantidad de agua (6,5 litros) también pueden llevarnos para el otro barrio.
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