Trabajo rodeado de gente de ventimuchos, treintaypocos, y no son pocas las amistades que están a punto o acaban de entrar en la treintena. Veo a muchos agobiados, con el reflejo en sus caras de estar pasando por esa extraña sensación de ‘pero si acabo de entrar de lleno en la madurez y la vida adulta, ¿por qué aún me siento como un adolescente? Apenas he dejado la universidad y la vida me lleva cuesta abajo y sin frenos hacia la adultez. Quiero seguir haciendo cosas de veinteañero, los 20 son lo mejor, NO QUIERO HACERME MAYOR’.
|
etiquetas: experiencia , envejecimiento