Hay una escena de Aterriza Como Puedas memorable. Un piloto está cruzando el aeropuerto y un tipo le ofrece una flor a cambio de un donativo. El piloto se zafa de él de malos modos. Un hippie le pide que firme un papel de no sé qué, y el piloto le propina un empujón (...) El gag tiene más de 30 años, pero describe perfectamente el estado actual de algunas calles de Barcelona. Hay zonas calientes de la ciudad donde es imposible dar dos pasos sin que algún captador callejero de alguna ONG se te pegue en la chepa como un gremlin al ala de un avión
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