La boda fue el 24 de diciembre, Nochebuena, y en una funeraria. Los novios lo tenían preparado todo para hacerlo en el ayuntamiento de Sant Fruitós, pero poco antes del enlace les comunicaron que el salón de plenos estaba en obras y que no se podrían casar. Allí habían citado a una cincuentena de invitados. Le propusieron la alternativa de la biblioteca, pero que tenía que hacerse cargo de la megafonía. La novia no pudo solucionarlo: "Me lo dijeron un viernes y yo me casaba un lunes".
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