Sobre todo en las discotecas, ese terreno tan habitual casi como el césped para los futbolistas cariocas, era cuando llevaba a cabo su jugada. Convencer a alguno de sus amigos -se habla de Ricardo Rocha, Edmundo, Renato Gaúcho, Romario, Branco, Bebeto, Carlos Alberto Torres... entre muchos otros- de que debían incluirle en su fichaje para el nuevo equipo. Porque estaba seguro de que podía jugar, y porque además se iba a preocupar de que al futbolista en cuestión no le faltara de nada
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