¿Os acordáis del anuncio de las Finíssimas de Campofrío? Sí sí, ese en el que se caricaturizaba a una familia de vegetarianos que veían con espanto cómo su hijo adolescente quería comer carne. Pues parece que la empresa cárnica ha pensado que, tal vez, después de todo no era tan buena idea reírse de los consumidores que quieren introducir alternativas a la carne en su alimentación.
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