Ha sido creado por Bauhutte, una empresa nipona dedicada al mundo de escritorios y sillas para 'gamers'. El producto no ha estado exento de polémica y ha recibido otro nombre en su país: cama corporativa de esclavo. Está dirigido a trabajadores de oficinas que se encuentran cansados y que desean parar un tiempo para echarse una breve siesta y continuar con su empleo, sin necesidad de abandonar el puesto.
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