Usar la ironía y la mala leche para promocionarse no es un arma que hayan inventado los de Bq para la campaña de Aquaris. En realidad han recogido el testigo de otros ataques anteriores, mucho más crudos y sangrientos. Cuando de publicidad se trata, las tecnológicas no tienen ningún problema en asestar un buen golpe a sus contrincantes e incluso a antiguos productos suyos. Con premeditación y alevosía.
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