Qué curiosos son los tiempos modernos. El fácil acceso a Internet nos otorga un montón de posibilidades chulas para hacer nuestra vida más fácil. O supuestamente. Una de ellas es BlaBlaCar, una aplicación en la que encuentras gente con la que compartir vehículo. Para un servidor, que no tiene coche y por trabajo viaja casi todas las semanas fuera de Madrid, supone un buen ahorro. Suena muy bien, pero no es así. Deberían dar un plus por socializar, por aguantar plastas, malos olores, música apestosa o directamente imbéciles.
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