Seguro que conocéis el término “La magdalena de Proust”, es el fenómeno por el cual una percepción evoca un recuerdo. Un solo olor, objeto, gesto, imagen o sabor te puede transportar a un recuerdo que creías olvidado. El bizcocho de mi madre es mi magdalena. Para ser más concreto diría que no es el bizcocho en sí, sino la elaboración del mismo. Para ser todavía más diría que son todos los ingredientes recién batidos, preparados para meterlos en el horno y convertirse en bizcocho. ¿Habéis probado alguna vez a dar una cucharada en ese momento?
|
etiquetas: confinamiento , infancia