Fueron 40 los participantes que tuvieron el privilegio (o el castigo) de enfrentarse a este desafío, que comenzó poco después de las 8 del sábado, después de que Lazarus Lake hizo sonar su cuerno. Recordemos que la carrera no tiene horario pautado y los atletas deben partir después de este señal, casi un llamado del mal. Para quienes no conocen la carrera, en síntesis se trata de 160 kilómetros con 20 mil metros de desnivel, divididos en loops (vueltas), con un tiempo límite de 60 horas.
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